Mi historia
A mis 42 años puedo decir que estoy apenas empezando a aprender a vivir, de manera consciente, con responsabilidad sobre mis elecciones, y desde esta decisión crucial puedo apropiarme con derecho de todo lo hermoso que me ha sucedido, porque antes (tengo que admitir) esquivaba las situaciones, mimetizándome entre las experiencias, tratando de aprovecharme de lo poco o nada que había invertido mi corazón en mi existencia, pero pretendiendo obtenerlo todo.
Sin tener el gusto de realmente conocerme, esta vida me permitió ser madre, del ser más maravilloso y dulcemente escandaloso que existe. Entre desbalances hormonales, una silenciosa depresión arrastrada desde muy pequeña y relaciones tremendamente tóxicas, las microdosis entraron a mi existencia, derrumbando todo aquello que no era real, destruyendo para poder permitirme reconstruir (paralelo a una constante terapia), y en este proceso de resurgimiento he ido compartiendo todo aquello que me ha mantenido a flote y con el corazón abierto se los ofrezco a todos ustedes.