Las microdosis ayudan a disminuir considerablemente los pensamientos repetitivos, las preocupaciones desproporcionadas, el miedo paralizante y la culpa, por mencionar algunos. Durante un tiempo apagan la Red Neuronal por Defecto, encargada de pensar en el pasado y el futuro y nos colocan en tiempo presente, para ver nuestra vida y todas sus implicaciones de manera más objetiva, como espectadores, desde una perspectiva panorámica y no como víctimas de las circunstancias.

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Estos tratamientos le dan un respiro y una pausa a nuestra mente y corazón, agobiados por tratar de mantener un ritmo insostenible y luchar por cumplir expectativas totalmente irreales en muchos casos.

 

La Psilocybina nos recuerda la libertad interior a la que siempre podemos recurrir, y desde ese lugar de serenidad, tomar las riendas de nuestra vida, experimentándola entonces con la curiosidad, valentía e ilusión de nuestr@ niñ@ interior.

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Tomar responsabilidad (capacidad de responder) de nosotros mismos implica tomar conciencia de nuestras decisiones y sus posibles frutos.

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En este proceso terminaremos por entender que el dolor emocional, la decepción, la frustración, la ansiedad, la depresión, el miedo, el insomnio... son parte del desarrollo y evolución de nuestro ser, increíbles maestros e indicadores que nos dirán, de manera honesta SIEMPRE, cuando NO estamos siendo auténticos. Y es gracias a ellos que podremos disfrutar del amor, la alegría, el entusiasmo, la motivación, la serenidad, la felicidad, la dicha de poder bajar la velocidad y deleitarnos de los placeres simples de la vida, la increíble labor de nutrir constantemente la relación con nosotr@s mism@s y con las personas que suman a nuestra existencia.

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Habrán muchos cuestionamientos, se pondrá a prueba todo aquello que habíamos escrito en piedra, todo a lo que consciente o inconscientemente nos habíamos comprometido, los conceptos sobre el éxito, la velocidad con la que habíamos vivido nuestra vida, lo que considerábamos placentero, lo incómodo, lo necesario y lo que lleva ya demasiado tiempo restándole a nuestra vida.

 

La ansiedad, el miedo y la incomodidad (que muy posiblemente reaparecerán) nos irán indicando a donde ya no podemos ir, de donde irnos, qué tenemos que dejar de hacer y de quien alejarnos. A medida que vayamos trabajando en nuestro interior y exterior inmediato de manera simultánea, todo lo que creíamos que éramos se desmoronará, y es allí, en esa crisis existencial, en donde todas las distracciones perderán atractivo, todas las ilusiones se desvanecerán, y quedaremos desnudos ante nuestro propio reflejo... en ese punto ya no habrá escape, es allí donde podremos llegar al fondo de todo aquello que nos ha atormentado, la fuente la tristeza, el vacío, el dolor y empezar a construirnos, renacer.

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Es un proceso que requiere un maravilloso compromiso, es un trabajo constante que nunca termina, porque nos debemos todo el esfuerzo que implique salvarnos a nosotr@s mism@s, y seguir floreciendo de manera perpetua en todas las hermosas versiones que podemos ser, no existe el límite y las posibilidades son infinitas.

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La Psilocybina no hace magia, la magia la hacemos nosotr@s, nosotr@s somos la medicina y ella nos ayudará a desarrollar herramientas emocionales para hacerla.

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Fabia C.W.